Mira por dónde resulta que todos los tontos tienen suerte. Le viene Dios a ver. Resulta que un cantante de verdad, Francisco, se quedó a punto de grabar un dueto con la Jurado, tiene esa espina clavada, y además piensa que la chica tiene algunas actitudes y que bien pulida puede dar juego y tal, el caso es que la contrata para cantar un tema musical con él y participar en un espectáculo en salas. Ni ella misma se lo cree aún.
Pues bien, a Chayo Mohedano le llega por obra y gracia del Espíritu Santo la oportunidad que supuestamente lleva esperando toda su vida. Pero Francisco sufre una neumonía el pobre, y Chayo no sólo no es capaz de pasar por el hospital, que tenía a 10 minutos de distancia del hotel en el que estaba hospedada. Encima arma un pitote con el enfermo y su esposa, de agárrate y no te menees al llamarles por teléfono diciendo que sí, que tiene pensado acudir, en cuanto se recupere de la resaca de la noche anterior. Aún la están esperando.
No sabemos muy bien si Chayo aprovechará el aviso para proponerse que a partir de ahora se tomara en serio, al menos ella misma, su carrera musical, si quiere convencernos a nosotros también, claro. Puede tomar ejemplo de lo que ha hecho el propio Francisco, pues -es majete este hombre- por su parte ha aprendido la lección que le ha lllegado en forma de jamacuco, y ya tiene claro que no volverá a acercarse al tabaco, culpable de lo que le ha ocurrido. Y encima pide a sus seguidores que si vuelve a encenderse un pitillo, que no le compren ningún otro disco. Olé, torero.
